La llamaban la Regenta. Era conocida por hablar por detrás de la gente. La típica mujer aburrida de su vida y que no tiene más entretenimiento en la vida que meterse precisamente en la de los demás. La gente se fue alejando de ella al enterarse de lo que estaba haciendo. La Regente hubo un tiempo en el que estuvo rodeada de muchas personas. Personas que consideraba de su círculo de amistades.
La Regenta años atrás era considerada una mujer jovial, amiga de sus amistades y nunca jamás se intrometió en sus vidas hasta el día en que ésta se casó y contrajo matrimonio con un atractivo hombre. Mas adelante todos hablaban del Duque, su marido. Así lo llamaban por su porte de galán.
Regenta estuvo haciendo oído sordos a los comentarios de otras mujeres a los que el Duque, el marido de Regente les había ofrecido. Muchas fueron los que le avisaron del comportamiento de galán que tenía con las mujeres, con las que que había tenido alguna que otra cita, sobre todo con las mas jovencitas y atractivas. Regenta enfurecida, no quiso escuchar. Un día al llegar a casa, con la compra, encontró a su marido en el lecho con otra mujer. La fruta cayó al suelo, rodando por el pasillo.
Desde ese nefasto día, echó a su marido de la casa y en ella Regenta se quedó. Sola, sin querer la compañía ni la compasión de los demás. Se alejó de todos y de cada uno de los que antaño estuvieron en sus vidas. Ahora los observaba detrás de las cortinas, queriendo saber de sus vidas, entrometiéndose en ocasiones cuando salí a comprar. Calando cada conversación que pudiera escuchar. Entre los visillos de su hogar su alma se fue apagando. ¿saldría alguna vez de la oscuridad ?