Los Caballeros del Zodiaco invadieron mi mente de fantasía. No sé cuántas veces he visto sus capítulos. Episodios que grabé en uno no, sino en varios CD’s.
Sentada en el sofá. Me preparé par una nueva sesión de episodios por ver. Me encontraba en el episodio donde Seiya y los demás caballeros habían jurado proteger a la reencarnación de la diosa Athena en su batalla contra los enemigos de la humanidad.

De repente, un apagón en la casa. Me levanté para comprobar si había sido de los diferenciales de mi casa o de todo la comunidad. Llamé a la puerta de mi vecina y ésta tenía luz al igual que todos los demás. Me resultó un tanto extraño. Algo andaba mal. No era nada normal.

Encendí velas alrededor de la sala mientras esperaba que la luz hiciera de nuevo su aparición. Seguí a oscuras durante un rato largo, que se me hizo eterno. Hasta que unos golpes en la puerta me sobresaltaron. ¿Quién será? me pregunté. Deduje que sería algún vecino o la vecina de al lado. Cuando abrí la puerta me encontré con los 6 caballeros del zodiaco, esperándome. Tartamudeé, sin saber si eran ellos o eran fruto de mi imaginación. __Somos nosotros, los mismos __me dijeron al ver que no reaccionaba. Hemos venido a buscarte. Necesitamos de tu ayuda. Athenea está en peligro. Y solo un humano que nos conozca y sepa quienes somos en realidad, será capaz de ayudarnos a salvarla. ¿Y habéis recurrido a mi? __pregunté aturdida.
__Tu nos conocemos mejor que nadie. Sabes de nosotros cómo nadie. Conoces nuestras habilidades y nuestros peores defectos. Eres la indicada para venir con nosotros a nuestro mundo. Athenea te necesita. Sin ti no podremos ayudarla.

Seiya me dio la mano y nos teletransportamos a su mundo, en un abrir y cerrar de ojos. En el que tantas veces había soñado estar. Ahora era real. No era un sueño. Estaba con ellos y además, con la finalidad de ayudarles a salvar a Athenea.

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