Rita se limaba sus uñas largas y afiladas, mientras pensaba maliciosa, en aquello que tanto tiempo había estado planeando. Saboreaba cada pensamiento, cada estrategia como quien intenta derrotar a alguien, para ganar de esta forma la venganza tan ansiada. ¿conseguiría llevarla a cabo?.
Hacía unos años que se había ido a vivir en las cumbres de las altas montañas. Las que la conocieron no volvieron a saber de ella nunca más. Dejó de ser la Marga sonriente y complaciente que todos conocieron para convertirse en Rita, en una loba solitaria con pensamientos oscuros que pronto fue almacenando en su frío corazón.

En esta noche mágica, donde todo el mundo sale a las calles, para celebrar la Festividad de Halloween. La noche de los No muertos. La venganza estaba cerca. El que le había traicionado sería vengado. Se mezcló entre el gentío, donde se mezcló entre mujeres y niños, disfrazados de brujas, hechiceras y seres de la noche, como Condes Drácula, diablos y diablas. Una infinidad de personajes ficticios, que algunos les venía ni pintado.

Acostumbrada a vivir entre la oscuridad, sus ojos se adaptaron al gentío y aunque Rita pudiera pasar por una hechicera o una bruja por su vestimenta, le facilitaba las cosas. Descubrió rostros conocidos, niños jugando a truco o trato, que reconoció como los hijos de su vecina.. Ahora solo faltaba encontrar al mismísimo diablo en persona, con o sin su disfraz, para ella el era su objetivo. En sus manos un frasco verde llevaba como refresco, que hacía vender a todo aquel que se acercara como chuchería. Pero uno en especial iba dirigido al Diablo con el que se topó de bruces y que con una sonrisa maliciosa le ofreció de beber.

A los pocos minutos unos temblores dieron al hombre un ataque de corazón. Al principio la gente se creía que el hombre hacía el zombi o lo hacía para asustar e impresionar a los demás. Rita se acercó y en cuclillas le dijo al oído

__¿Me recuerdas ahora, cielo?.

El hombre intento decir algo pero solo pudo ver a la mujer que creía muerta.

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