Samanta se convirtió en una dama de las tinieblas. Su mundo es el de la oscuridad. Guiada siempre por su fiel amigo, de mirada intensa y alas negras llamado el cuervo.

Samanta reside en la oscuridad desde la noche en que se le concedida la verdad. No hay cabida en otro mundo que no sea entre tumbas y lugares siniestros, sepultados por la húmeda tierra que va arrastrando tras su caminar. Su mirada color miel, brilla en la penumbra. Poderosa y atractiva, seduce a cuanto se interpone en su camino, hechizándolo, para luego alimentarse de él.

Siempre supo desde su existencia en este mundo, que su mundo no era el que habitaba. Algo en su interior siempre le arrastraba hacia la oscuridad, hacia la noche en penumbras. Una noche, caminando como de costumbre entre la multitud, encontró el hombre de las tinieblas. El primer mordisco le devolvió los poderes que le fueron arrebatados al nacer. El segundo; entró en su mente, ofreciéndole la verdad de quien era en realidad. El tercero y definitivo; le dio la inmortalidad.

Después de aquél mordisco, Samanta se convirtió en lo que siempre había sido. Era la hija perdida de la dama de las tiniebla. Su misión; encontrar a su madre en el caminar de la oscuridad. Tenía sus poderes, de nuevo. Arrebatados al nacer por la furia de otros a los que por el camino pensaba derrotar. Tenía un gran camino que recorrer, después de que su padre le confiara la verdad a través de su mente.

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