Mediante el sentido del olfato, que se asocia directamente con las emociones, percibimos olores que influyen en nuestros pensamientos y transmiten más bienestar. Hay los que dan frescura, otros que se asocian a la seducción, los que alejan las malas energías y son míticos, entre otros.
Los aromas de la naturaleza también nos puedes ayudar a cambiar de ánimo o a sentirnos más relajados, son una “invitación a tener un encuentro con la naturaleza”, recargándonos así de energía.
Caminar por el campo, oler las flores del jardín, entre otras actividades, son capaces de transportarnos a un ambiente de tranquilidad, traernos buenos recuerdos y darnos paz. La naturaleza tiene el poder de motivar, dar un mejor ánimo en las personas, hace que uno se sienta en armonía y hasta, olvidemos por un momento el estrés, de las responsabilidades diarias.
En definitiva, la naturaleza me huele a libertad, paz, reflexión, calma, armonía, serenidad, equilibrio, brillo interior, fluidez, sabiduría, conexión, crecimiento.