Iris iba explorando cada recodo del lugar, cautivada por un hábitat muy distinto del que provenía y que por primera vez tuvo la oportunidad de viajar, junto con un grupo de turistas, que como ella, habían viajado con la misma finalidad; ver el Sáhara. En el viaje grupal, Iris se iba envolviendo a cada paso, de su magia y de su profunda belleza, sin perder detalle de las palabras que el guía les iba explicando. Se encontraba rodeada de inmensas dunas de arena. Aunque, a veces los viajes toman caminos no trazados, sin saber hacía dónde nos conducirán.
El desierto del Sáhara, by Neus Sintes

Me encanta la segunda frase del primer párrafo.
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Gracias por leerme. Tus opiniones siempre son bien recibidas 🙂
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