Desafortunadamente no puede haber ninguna duda de que el hombre es, en general, menos bueno de lo que se imagina a sí mismo o quiere ser. Todo el mundo tiene una sombra, y cuanto mas oculta está de la vida consciente del individuo, más negra y más densa es. Es uno de nuestros peores obstáculos, puesto que frustra nuestras intenciones mas bien intencionadas.
Maldita sombra la que me atormenta de día y de noche. Intento huir de tu oscura presencia pero siempre estás ahí. Cuando te escondes lo haces disimuladamente, para luego volver a atacar con tu contacto frío que ejerces sobre mí, dejándome paralizado.
Maldita sombra, aléjate. Déjame vivir, déjame respirar.
Sombra; una presencia conocida pero reprimida. Oculta en nuestro interior, pero que en alguna ocasión sale a la luz para atormentar a aquellos que se lo merecen; como castigo.
Eduardo vive atormentado, escondido de su propia sombra que le acecha a todas horas. Desde el día que asesino a sangre fría a su hermano gemelo, tras una calurosa discusión acerca de la herencia que se les dejó a ambos.
-¡Francisco! – ¿Cómo es que nuestros padres te han dejado más a ti que a mí? – Es injusto. – reclamó indignado Eduardo.
-Eduardo, ¡Cálmate, por Dios! -Nuestros padres, nos dejaron lo mismo. Lo que pasa es que yo he aprovechado más el dinero, ahorrando, no como tú que te los has gastado en joyas y abrigos exuberantes para tu amante. Y ahora te ves que te ha dejado sin blanca, con el que era tú dinero, hermano. El tuyo. El que nuestros padres nos dejaron. – ¡Y ahora vienes aquí montando un espectáculo!.
-¿Cómo te atreves, Francisco? – enseñando una navaja, que extrajo de su gabardina.
Francisco intentó mantener la calma y serenar a su hermano, pero tras unas forzosa pelea entre ambos. Eduardo consiguió agarrarlo del cuello y amenazándolo en la repisa de la ventana abierta.
-¿Y ahora qué?, – ¿Quién es el mas hombre? – sonriendo maliciosamente.
Eduardo, aunque me mates. No saldrás victorioso. Una sombra irá tras de ti y te hará la vida imposible. – le amenazó Francisco.
Eduardo se burló de sus creencias y de sus temas de filosofía y enigmas, de los que sabía que leía mucho. Sin pensar en las consecuencias, le hizo un corte con la navaja, arrojando a Francisco, a su hermano al vacío, llevando a Francisco a una muerte segura.
El caso se inspeccionó, pero se cerró rápidamente, dando por concluido que fue un suicidio. A raíz de entonces las últimas palabras de su hermano Francisco retumban sin cesar en la mente de Eduardo.
«Una sombra te perseguirá allá a donde vayas».
Maldita sombra la que me atormenta de día y de noche. Maldito sea el día en que la ceguera y lo locura hiciera que matase a mi hermano.
«Una sombra te perseguirá allá donde vayas» – ¡No! – me estoy volviendo loco. La noche me aterra, con su oscuridad y el viento que aúlla en mis oídos. Las ramas de los árboles me quieren atrapar, como si fueran brazos que quisieran ahogarme, asfixiarme por mi maldad.
«Eduardo – Soy tú sombra».
Existe una magia en tu pluma, Neus, que nos permites apreciar el tema universal del doble desde un enfoque de horror (¿Psicológico? ¿Sobrenatural?) muy original. Gracias siempre por eso. Saludos
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A veces lo sobrenatural sobrepasa nuestros limites de imaginación…Pero el terror psicológico puede ser mucho mas terrorífico. Gracias. Alejandro!.
Saludos
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