Entre un mar de libros me perdí. Durante toda mi vida sumergida entre ellos he deambulado. Viviendo cada historia como si se tratara de la mía. Hasta que, tras una larga pausa y retirar la vista de entre las líneas, mis ojos veían otro mundo; el de la realidad. Mi realidad.
De alguna manera huía de esa realidad; la mía. Entre libros, escondida en ellos, en sus historias he estado viviendo. Horas y horas devorando líneas y líneas de contenidos diversos.
Me decía a mí misma que era mucho mejor entre libros estar, que salir de ellos y aferrarme a una realidad a una historia; la mía. Sino estaba preparada para vivir en ella y luchar contra aquellos enemigos que ante mí tenía.
Mi escudo, mi protección; los libros. Tal vez fueran mi «arma», por así decirlo. O mejor dicho, mi escondite para huir de mi realidad y permanecer entre los libros hasta que estuviera preparada para luchar. Aprendí de los libros, aprendí de ellos y ellos me ayudaron. Fuente vital de aprender de ellos y ellos ayudarme.
Me preparé para ser fuerte en esta vida. En la realidad. Por eso entre los libros rodeada he permanecido; ellos me ayudaron a comprender muchas cosas de la realidad y de cómo luchar para poder sobrevivir.
«Era escudo y era lanza», como dice la canción de Alejandro Sanz. Así vivimos el hecho de ser escritor@s, expandimos nuestros universos locales gracias a los que nos ofrecen los libros. Abrazote, Neus
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Exactamente. Abrazos, Alejandro!
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Me gusta, me gusta, me gusta y me gusta. Totalmente identificada. Saludos.
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Gracias Vanessa. 🙂
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«Ellos me ayudaron a comprender muchas cosas de la realidad y de cómo luchar para poder sobrevivir». No pudiste elegir un mejor cierre que este. Gracias.
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Gracias Nolan. En cierta manera, es así 🙂
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Books are good friends in need, indeed. 🙂
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